viernes, 29 de marzo de 2024

DESDE LA HABANA

Historia del Centro Asturiano de La Habana

Centro Asturiano de La Habana. Actual Museo Nacional de bellas artes
Centro Asturiano de La Habana, actual Museo Nacional de bellas artes

La visita a la actual Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba del nuevo embajador del Reino de España en Cuba Excmo. Juan José Buitrago de Benito motivo hacer un profundo estudio del origen del Centro Asturiano de La Habana, incautado hace 56 años por el actual gobierno cubano.

La Sociedad Coral Asturiana, la Sociedad de Festejos La Covadonga y el semanario El Heraldo de Asturias fueron las fuerzas impulsoras en la constitución del Centro Asturiano.

A mediados del siglo IX la colonia astur en la mayor de las Antillas era la más numerosa. Todos dispersos en fábricas de tabacos en los llamados barrios extramuros, almacenes de víveres y tejidos en la ciudad vieja, también en tiendas, fondas, bodegas y cafés continuaron la vida sin olvidar su terruño amado, que jamás olvidaron. Muchos de ellos descansan en paz en uno de nuestros panteones en la Necrópolis Cristóbal Colón de la capital de todos los cubanos sin excepción.

Hay que recordar que tanto las sociedades de beneficencia como los centros regionales fueron siempre perjudiciales a los intereses del Casino Español, lo que provocó que a principios de 1886 se proyectara la idea de constituir una entidad regional alentada por El Heraldo de Asturias. El 2 de mayo del propio año reúnen en la sede de la Coral Asturiana fundada en 1874 unos 50 jóvenes asturianos del comercio en un modesto local ubicado  en un altillo de la bodega ‘La Parra’ en la avenida de Reina y Ángeles en el mismo corazón de La Habana.

Al cierre del primer trimestre de constituida la sede, la sociedad hizo balance en el Teatro Albisu por lo que El Centro Asturiano, considerado un absurdo imposible, estaba organizado, con vida propia, sólidamente afincado sobre dos mil afiliados. No hubo ninguna asociación que precediera ésta que tuviera una terrible y sistemática oposición, pero el Centro Asturiano duplicó el número de asociados alcanzados por los centros fundados con anterioridad al cumplir un año de creado. El Heraldo de Asturias convirtió así en su órgano oficial.

Manuel del Valle Fernández, un industrial tabaquero llegado a Cuba muy joven en 1860, fue elegido su presidente.  La impecable labor realizada en los diez años como titular fue tan destacada que aún puede verse en el centro de la Quinta Covadonga, hoy Hospital Salvador Allende, su magistral figura esculpida en bronce dando la bienvenida a pacientes, acompañantes, visitantes y el cuerpo médico y de enfermería que después de años de atención higiénico sanitaria, quirúrgica sigue en pie al servicio del pueblo cubano.

El primer lugar de asentamiento elegido para edificar el Centro Asturiano, fue la llamada zona del Aplech, unos terrenos en la calle habaneras de Neptuno entre Zulueta y Monserrate, donde más tarde se edificaría el aún existente Hotel Plaza.

Aquella media manzana ya edificada del Centro Asturiano, apreció la Directiva que este asunto debía estudiarse y finalmente fue aprobada la compra, aunque en caja no había fondos para enfrentarla, el proyecto fue engavetado pensándose siempre en aquella media manzana ya edificada en los terrenos llamados Aplech.

Por su parte Valle escribió a Martín González del Valle y pide precio para otro comprador sin identificar éste para evitar obstrucciones. Fue serio el asunto, pues si la influyente Directiva del Casino Español conocía la negociación, frustraría la iniciativa.

La esperada respuesta llegó de González del Valle fijando la venta en 90 mil pesos oro, libres de impuestos.  Los astures cablegrafiaron a Oviedo una contra oferta por 85 mil. La respuesta, aunque demorada, llegó aceptando la oferta siendo preciso pagar de inmediato y registrar la compra en La Habana. El costo, incluyendo inmueble, escrituras, derechos reales y de registro, ascendía a 92 mil pesos. Con fondos de la caja y lo prestado al Centro por miembros de la Directiva, se reunieron 45 mil pesos. El resto lo aportó el Tesorero de la Directiva, hipotecándose la finca a su favor.

Al fin El Centro Asturiano legalmente adquiere el terreno de la calle habanera de San Rafael no. 1 festejando en junio de 1887 su primer aniversario y en 1914 adquiere la mitad restante de la manzana compartida con el Teatro Albisu, que fue demolido. A pesar del incendio acaecido en la sede social se siguió construyendo y en octubre de 1927, el Centro Asturiano tuvo su sede en un hermoso palacio construido frente al Muy Ilustre Centro Gallego de La Habana.

No es muy conocida la labor de instrucción y difusión cultural iniciada entre los asociados, que tuvieron la oportunidad de estudiar en cursos nocturnos que elevaron la escolaridad de sus miembros y de los hijos de éstos. En este magistral edificio hubo escuelas para niñas y varones en horario diurno.

Por los años treinta del siglo xx el plantel Jovellanos tenía más de dos mil alumnos. Toda una proeza. Pero el logro más importante del Centro Asturiano fue la constitución y creación de la casa de salud, la Quinta Covadonga, inaugurada en marzo de 1897.

Covadonga

El Centro Asturiano de La Habana contó con 130 delegaciones en las principales poblaciones de Cuba y tres en los Estados Unidos: en Tampa, Cayo Hueso y Nueva York. También delegaciones en Santo Domingo, capital de República Dominicana y en Oviedo, Asturias.

En 1930, el número de asociados ascendió a 60 mil, y para fines de los años  50 del siglo xx alcanzó 80 mil, con nuevas delegaciones en Gijón y Avilés.

En los años finales a la incautación gubernamental, el presupuesto del Centro Asturiano de La Habana alcanzó los dos millones setecientos mil pesos, de los cuales se destinaba un millón novecientos mil para la Quinta Covadonga y ciento ocho mil para las escuelas Jovellanos.

En 1959 triunfa la revolución comandada por el hijo de gallego Fidel Castro Ruz, y todos los Centros Regionales fueron intervenidos motivando un extraordinario movimiento migratorio que afectó la directiva del Centro, integrada por industriales y comerciantes y no pocos obreros, amas de casa y estudiantes. Además, cesó la emigración española a la mayor de las Antillas; marcando inevitablemente la declinación de agrupaciones de este tipo en Cuba.

Después de incautado fue convertido en la sede de la Asociación de Amistad Cubano-Española. Luego el Palacio Nacional de Pioneros ‘José Martí’, así como también la sede del Tribunal Supremo. A partir del año 2000 sirve de sede a las colecciones de arte universal del Museo Nacional de Bellas Artes.

Los asturianos e hijos quedados en la isla batallaron por mantener la unión de sus compatriotas hasta que el actual gobierno, el mismo que despojara del castillo al estilo ecléctico nombrado Centro Asturiano de La Habana entregara un hermoso local sede primero del Club Alemán y después el Club Americano, que, aunque no compite con la manzana antes  propiedad del Centro Asturiano de La Habana, pertenece a la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba, que agrupa en su seno 34 asociaciones representativas de distintas partes de la añorada Asturias.

La visita del embajador

Juan José Buitrago de Benito, embajador de España en Cuba fue recibido por Longino Valdés Álvarez, junto a la junta directiva dieron la más cordial bienvenida, alegando sentirse honrado por la visita oficial del Sr. Buitrago de Benito. Acompañaron además a tan digno visitante su esposa, dos de sus cuatro hijos y Jesús Chacón García, Jefe de la Consejería de Empleo y Seguridad Social en la mayor de las Antillas.

"Me siento feliz y emocionado visitar a vosotros en su propia e histórica sede",  fueron las primeras palabras del embajador en la puerta de la FAAC, donde un grupo de música regional asturiana recibiera entonando el himno del Principado de Asturias.

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El embajador pudo constatar personalmente el buen desempeño de la junta directiva al observar el teatro, salón de reuniones y otras áreas asociativas, entre ellas, los hermosos y modernos restaurantes necesarios para autofinanciarse.

El titular de esta emblemática Federación, que a su vez fue profesor de historia de Cuba aprovechando la reunión expresó a los visitantes "Cuantas nacionalidades se han bloqueado por si firmó o no el acuerdo de París.Tenemos muchos nietos y bisnietos de españoles a los que debemos motivar con cursos en sus respectivas regiones españolas, entre otras actividades. El principal objetivo conocer donde nacieron sus antecesores. Solo puede lograrse si los programas cambian y no solo tengan derecho los españoles nacidos en la Península e hijos. Debe ampliarse a los nietos que poseen la nacionalidad española",acotó el Sr. Valdés Álvarez.

Por su parte Buitrago de Benito dijo que "las sociedades españolas para él no por si mismas sino porque representan a nuestra Comunidad en Cuba, deben y tienen que estar en el punto número uno de su trabajo e interés. Estas sociedades tienen que seguir existiendo. Preocupa la poca existencia de jóvenes capaces de dirigirlas como han venido haciéndolo ustedes y otros muchos antes.  Vamos a trabajar fuerte para motivar a los jóvenes para que aprendan y respeten todo lo realizado por sus antecesores. No tengan la menor duda que trataremos de lograr objetivos", enfatizó.

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Valdés Álvarez ilustró al excelentísimo embajador sobre la historia de la ‘La Quinta Covadonga’, la cual en la década de 1930 prestaba servicios de salud solo igualados por los suizos.

Juan José Buitrago de Benito agradeció la grata estancia en la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba, donde conoció mucho la historia no solo de los asturianos sino también de otras regiones de España "Sigan avanzando en lo asociativo, cultural y benéfico y haremos un tiempo para visitar este gran hospital asturiano de La Habana. También quiero visitar otras provincias de la isla y conocer sus desempeños sociales y necesidades. Gracias", concluyó el embajador del Reino de España en Cuba.