Los últimos atentados que ha sacudido Londres han sacado a luz, una vez más, lo peor y lo mejor del ser humano. La locura y crueldad frente a la bondad y la solidaridad. Dos buenos ejemplos son los españoles Ignacio Echevarría y Sergio Fariña, ambos de origen gallego.

Del primero, nacido en Ferrol hace 39 años, una de las víctimas del atentado ocurrido en la noche del sábado, sabemos que se enfrentó, cuando regresaba a casa después de hacer deporte con un grupo de amigos a los terroristas, al ver como una mujer era atacada. Según relataron sus amigos, no dudó en emprenderla a golpes con su monopatín contra los atacantes, que le asentaron varias puñadas, de tal gravedad que ocasionaron la muerte del " héroe del monopatín". 

Del segundo de los héroes españoles, hasta ahora anónimos, el pontevedrés Sergio Fariña, pocas horas después del atentado, un video en el que se puede ver como Fariña, que dirige un restaurante en el Borough Market, y que acogió a varias personas que huían despavoridos para no ser atrapolledos, bloquea la entrada a uno de los terroristas que intentaba entrar al local. Sergio se mantuvo detrás de la puerta, firme, forcejeando con el atacante hasta que consiguió que desistiera en su intento de entrar. Minutos más tarde, el terrorista era abatido por la policía a unos metros del restaurante.

Dos héroes de carne y hueso, que por su valentía y arrojo, podrían parecer sacados de un mundo figurado y no real.