Bruno Sánchez-Andrade es Doctor en Astrofísica y, actualmente, científico jefe en la firma Mapbox. El currículum de este ovetense no deja de crecer y, mientras tanto, aún saca tiempo para involucrarse en el CRE de Washington DC, en Estados Unidos, país en el que habitualmente reside. Goettingen (Alemania), Washington DC, Indiana, San Francisco o Canarias son algunos de los lugares en los que ha vivido un joven que tiene muy claro que viajar es parte de la esencia de la vida. Hablamos con él sobre su pasado, su presente y, sobre todo, las perspectivas de futuro.

Bruno, antes de nada, ¿cómo es tu vida en Estados Unidos?
Estados Unidos es un sitio donde se puede vivir fácilmente si tienes trabajo y estás dispuesto a adaptarte a su estilo de vida. Encuentro mucho más fácil buscar aquí tu hueco profesional y que te den la oportunidad de probar tu valía. Eso sí, si las cosas no funcionan, no encuentras trabajo o tienes otros problemas (por ejemplo, de salud) el sistema de protección social es mucho más duro que en España.

¿Cómo llegaste allí?
En su día, lo que hice fue mandar un correo electrónico mostrando interés y diciendo por qué quería trabajar en un laboratorio concreto, además de un resumen de mi trabajo reciente. Me invitaron a una entrevista y en ese mismo viaje me ofrecieron un trabajo. Dos años después encontré la posibilidad de hacer una estancia en la Academia Nacional de Ciencias, algo muy raro siendo inmigrante. Estuve allí medio año y sólo volví al laboratorio para decir que lo dejaba, que me gustaba eso de la política científica. Tres meses más tarde una ONG sobre cambio climático me contrató para liderar su modelo matemático de vulnerabilidad. Pero también me dieron mucho espacio para crecer y acabé llevando la mayor parte del departamento de ciencia y tecnología a nivel internacional. Además, tuve la oportunidad de liderar el cambio cuando la ONG se incorporó a la Universidad de Notre Dame, en Indiana. De la ONG me fui a una startup, Mapbox, como jefe científico, donde de nuevo tuve responsabilidades cientifico-técnicas basadas en la experiencia, pero con mucho espacio para crecer y aprender. Llevo algo más de un año allí y no paramos de crecer. Y yo no dejo de aprender e incorporar nuevas responsabilidades.

¿Qué es lo que más te gusta de Estados Unidos?
La posibilidad de moverte según tu interés profesional. Aquí puedes intentar cosas diferentes, aprender y emprender con cierta facilidad. Y está lleno de gente puntera en la mayoría de campos que me interesan. Aquí fallar se acepta si haces algo por mejorar…

¿Y lo que menos?
A nivel personal, echo de menos la familia, los amigos, los recuerdos de los lugares y los momentos vividos en España y Europa. Y, además, la visión de una vida más tranquila, más centrada en disfrutar de lo que se tiene, no estar siempre pensando en el trabajo…

Ahora que eres emigrante, ¿recomendarías la experiencia?
Recomiendo, sin duda, viajar. Y viajar, si es posible, en largas estancias. Emigrar es una decisión difícil que puede definir muchos años o buena parte de tu vida. Pero el proceso de integrarse en otra sociedad aporta mucha perspectiva. A nivel personal te obliga a explorar si realmente es lo que quieres hacer y cuánto estás dispuesto a sacrificar, bien sea quedándote o yéndote. A nivel profesional, te aporta mucho bagaje y capacidad de ver las cosas de forma diferente, tanto las que vives fuera, como las que pasan en tu país, en la distancia.

¿Has encontrado alguna dificultad especial en Estados Unidos?
Haber vivido antes en Alemania me preparó en muchos aspectos, desde enfrentarme a otro idioma a las montañas de papeleo que involucra... Entre las cosas que más me costaron en Estados Unidos está, por ejemplo, tener "puntos de crédito". Los "puntos de crédito" evalúan tu historial y capacidad de tener deudas económicas. Los americanos van ganando "puntos" al tener y usar tarjetas de crédito e ir pagando los créditos que solicitan. Si no tienes buenos puntos, no podrás abrir una cuenta en el banco, firmar un alquiler o comprar un coche. Ser emigrante significa empezar con cero puntos y la necesidad de conseguirlos muy rápido. No les importa que tengas trabajo. Uno de los trucos, que yo usé, es pagar todo siempre con la mínima tarjeta de crédito que te dan o pedir un crédito y pagarlo de vuelta en pocos meses (aquí no suele haber sobrecargo por pagar más de la mensualidad). Por otro lado, el coste de la vida es muy alto. Mi primer alquiler en Washington DC era un sótano con ventanas que me costaba 1.350 dólares al mes. Mi piso compartido con otras cinco personas y un baño en San Francisco, cerca del Parque Golden Gate (más o menos céntrico), eran 2.300 dólares al mes. Por supuesto, los sueldos son más altos, pero pagar esos precios cuando tienes un baremo mental español es alucinante. Ahora mismo llevo más de un año sin casa propia o alquilada porque me di cuenta que, con tanto viaje, me era más rentable usar hoteles, alquilar por estancias cortas o usar "Airbnb”...

¿Cuál es tu trabajo actual? 
Soy científico jefe de una empresa de cartografía, llamada Mapbox. Hacemos y procesamos mapas con datos abiertos de muchas fuentes, como por ejemplo satélites o drones. Es un campo parecido a Google Maps, junto con una especie de Wikipedia de mapas y una capacidad de personalización visual y funcional única. Mi trabajo consiste en colaborar a través de la compañía en todos los casos donde hacen falta ciencia y matemáticas más complicadas. Por ejemplo, procesar imágenes de satélite en infrarrojo para agricultura, analizar qué zonas hace falta actualizar o cartografiar para apoyar la emergencia del ébola o el tifón en Filipinas, etc. También hago mucha interacción externa con científicos, con otras empresas y con diversas ONG. Es un trabajo muy variado que me expone a un continuo aprendizaje y necesidad de meterme en los detalles, pero con la necesidad de ser ágil y pragmático...

Además, Bruno, también estás involucrado en el CRE de Washington…
El CRE es un órgano electo consultivo del Consulado de España en Washington DC. Esto quiere decir que nos hemos presentado en listas, la comunidad nos ha votado y somos por lo tanto representantes de la comunidad ante el Consulado y de los españoles hacia esa institución. Lo que hacemos es ayudar a la comunidad con información y organizamos charlas y sesiones con diferentes secciones del Consulado y la Embajada para informar sobre temas de empleo, impuestos, inmigración, salud, etc. También hacemos encuestas para saber qué le preocupa a la comunidad y qué cambios o sugerencias les gustaría que llevemos al Consulado. En definitiva, lo que hacemos es intentar crear una comunidad de españoles más unidos, más informados y con una estrecha relación con el Consulado.