Cuando los jóvenes piensan en emigrar en busca de un futuro mejor, no todos apuestan por irse a la otra punto del mundo. Ese, sin embargo, fue el caso de Alexia Pino, una andorrana que apostó por Australia para labrarse un futuro mejor, alentada sin duda porque su pareja es de allí. Un estilo de vida muy diferente al que, sin embargo, ha sabido adaptarse muy bien.

¿Cómo se vive en Australia?
En este país hay gente de todas partes y eso se nota en la variedad cultural, algo que es fácilmente apreciable en las grandes ciudades. Melbourne, la ciudad en la que vivo, es muy cosmopolita y animada. Siempre hay exposiciones, conciertos, actividades deportivas… La vida en la zona donde vivo, más alejada del centro, es tranquila y sin ajetreos. La verdad es que me gusta este estilo de vida.

¿Qué te llevó a moverte tan lejos?
Mi pareja es de aquí, lo cual influyo mucho. Tratamos de buscar trabajo en España o Europa y, al ver que no había más que prácticas con poca remuneración, decidimos probar parte allí. Él vino primero para buscar trabajo y alojamiento. Un año después, con todos los estudios terminados y el visado concedido, fue mi turno.

¿Fue difícil el trámite?
He tardado más de un año en homologar los papeles para poder ejercer como traductora y ahora hago algunos trabajos como freelance. La situación laboral no es tan complicada como España y la sociedad está menos ahogada por la crisis. Obviamente, también hay algo de paro, pero en general creo que la gente vive bien.

¿Echas de menos Andorra y España?
Sin duda… Lo que más echo de menos es a mi familia y mis amigos. Echo de menos poder ir a cenar a casa de amigos, tomar algo con ellos o celebrar los cumpleaños, pero también poder echar una mano cuando alguien necesita ayuda o apoyo. Estando lejos te pierdes el día a día, está claro…

Muchos emigrantes echan de menos la comida… ¿Es tu caso?
La verdad es que sí. ¡No hay nada como la comida casera y los menús de 10 euros! Aquí lo único que hay barato es la comida rápida, nada de menús de restaurante que incluyan pan, vino y postre…

¿Te hubiera gustado tener más apoyos antes de irte?
Antes de empezar a buscar trabajo, para ser sincera, ya había decidido irme. Después de estar un año y medio viviendo en España, mi pareja solo pudo encontrar unas prácticas en Malta… Cuando nos lo planteamos nos pareció que las opciones eran mejores en Australia y decidimos probar suerte.

Hoy en día, muchos jóvenes españoles buscan un trabajo en otras regiones o, incluso, en otros países de Europa. Desde estos destinos es relativamente fácil regresar a casa en los momentos importantes, pero, sin embargo, resulta evidente que elegir un lugar como Australia significa hacer, en muchas ocasiones, trayectos de más de 24 horas de avión. Este es el caso de Alexia, quien ha perdido ya la cuenta de las horas que implica viajar desde Andorra hasta Melbourne.

¿Cada cuánto tiempo vuelves a España y Andorra?
Desde que me fue, mi idea ha sido poder volver al menos una vez al año. De momento he podido cumplirlo, pero es cierto que solo llevo fuera un año y medio.

¿Has conocido a más españoles en tu destino? ¿Cuál es su situación?
En Melbourne me he encontrado con muchos españoles, sí. Muchos llevan ya varios años aquí y tienen trabajo y familia, por lo que están plenamente establecidos. Otros son estudiantes que han venido para mejorar el inglés e incluso, en algunos casos, con la intención de quedarse. Como estudiante es posible trabajar, así que en general pueden mantenerse, seguir estudiando y hacer algo de turismo. Conseguir un visado permanente es más difícil.

¿Cuál es tu trabajo actual?
Hasta hace poco estaba en una guardería como profesora de español para niños de tres a cinco años. No era mi trabajo ideal, porque no era algo fijo y, ciertamente, yo tampoco tengo vocación de profesora. Ahora, por fin, he podido homologar mi título de traducción y me he establecido como freelance. De todas formas, sigo buscando trabajo, porque como autónoma no tengo un suelo fijo cada mes.

¿Crees que podrías hacer lo mismo en España?
Tengo amigos que terminaron la carrera al mismo tiempo que yo y que han conseguido, con más o menos suerte, establecerse como autónomos. Así que supongo que sí que podría estar trabajando en España. Sin embargo, no creo que pudiera vivir como lo hago aquí y seguramente estaría en casa de mi padre, ¡porque las tasas para autónomos son prohibitivas!

¿Cuál ha sido la mayor dificultad que te has encontrado en Australia?
En general no he tenido ningún problema con nada. Los horarios son distintos, igual que la comida, pero en casa me puedo organizar como quiero. Llevo años estudiando inglés y, de hecho, ya había vivido en Australia, más al norte, cuando estaba estudiando, por lo que ya conocía perfectamente el país al que venía.

Ahora que estás establecida aquí, tan lejos de casa… ¿Recomendarías la experiencia de la emigración?
Es una decisión muy personal y no es fácil tomarla. En mi caso, la experiencia ha sido muy buena y enriquecedora. No llevo mucho tiempo, pero creo que me he adaptado bien y he podido encontrar algo de trabajo y actividades que me gustan. Creo que la cuestión es encontrar un lugar donde estés a gusto y puedes llevar la vida que quieras. Así es fácil ser feliz.