miércoles, 24 de abril de 2024

ENTREVISTA: PABLO EDO

"Valoro mucho las personas que estoy conociendo en Alemania"

pablo-edo
Pablo Edo en la ciudad de Düsseldorf, con el Rhein al fondo.

Pablo Edo trabajaba en la factoría de ThyssenKrup en Sagunto. En 2013, su empresa le ofreció trasladarse a Alemania para continuar allí con su trabajo. Él y su mujer se mudaron y, desde entonces, están poco a poco conociendo la sociedad alemana.

Pablo, ¿por qué decidisteis ir a Alemania?
El motivo principal de venir a Alemania fue por trabajo. Desde 2010 trabajé para la multinacional acerera ThyssenKrupp hasta que a mediados de verano de 2013 recibimos la noticia de que cerraban la planta siderúrgica de Sagunto. Dentro del plan de extinción de empleo, entre otras posibilidades como las prejubilaciones e indemnizaciones estaba la de venir a Alemania a seguir trabajando para la misma empresa.

¿Cómo es Alemania?
Al llegar me encontré un país totalmente nuevo, empezando por el idioma y terminando por los horarios. Todas y cada una de las cosas que forman el dia a dia de una persona me resultaron diferentes, con detalles como la tarjeta en el banco, que para sacar dinero hay que introducir al revés. Lo unico que no ha cambiado son las personas, como ya me decían mi madre y mi abuela: “en todas partes hay buenas y malas personas”. Personas buenas que me han ayudado desinteresadamente, tanto españoles como alemanes, que lo siguen haciendo a día de hoy y a las cuales desde aquí me gustaria agradecerles todo lo que siguen haciendo por mi familia y por mi. Pero tambien me he encontrado con personas malas, sobre todo alemanes, que no solo no te quieren ayudar, que no tienen porque hacerlo, sino que no valoran el esfuerzo que estás haciendo, por ejemplo, para comunicarte con ellos en su propio idioma o para intentar aprender de sus costumbres y forma de hacer las cosas. En definitiva, gente que te pone piedras en el camino de la integración.

¿Qué es lo que más te gusta de Alemania?
Lo que mas valoro de mi destino actual son, en primer lugar, las personas que estoy conociendo y la amistad que se está formando con algunas de ellas. En segundo lugar las experiencias y cosas que aprendes dia a dia, aparte del idioma, que te forman también como persona para el resto de la vida. Y en tercer lugar la autoestima, afán de superación, humildad y capacidad de aprendizaje que se adquieren al vivir una experiencia de este tipo. Y cuando digo experiencia no digo venir de Erasmus o venir a este país siendo soltero y a compartir piso con dos colegas por un tiempo limitado. Me refiero a venir, sin billete de vuelta, dispuesto a reemprender cuanto antes los planes de futuro inmediato que tenias en tu país y que se vieron aplazados por causa de la mudanza, entre los que estaba formar una familia con la responsabilidad que eso conlleva en un país del cual no conoces nada. Todo ello, claro, sin olvidar intentar integrarte cuanto antes con el objetivo de conseguir, en la medida de lo posible, seguir con tu vida en el punto en que la dejaste en España en cuanto a relaciones sociales, aficiones, tradiciones y costumbres.

¿Qué es lo que más echas de menos?
Muchas personas con las que hablo dicen que echan de menos cosas como el sol, la playa, las fallas, la paella… Pero yo lo que echo de menos son pequeños detalles, y a la vez tan grandes, que cuando vivía allí no les daba la importancia que se merecían, como por ejemplo que tienes gente que te quiere, tanto familia como amigos de toda la vida, con los que poder compartir el sol, la paella, un almuerzo, una partida de padel… Son detalles como un abrazo de madre, poder escuchar a un hermano o amigo cuando lo necesita sin la necesidad de hacerlo por Whatsapp o Skype. Ese tipo de cosas son las que aquí puede que nunca llegue a tener, puesto que un paseo al sol se disfruta aquí tanto o más que allí debido a la escasez de días soleados, los almuerzos pasan a ser manjares que tu mismo preparas en casa para ti y tu mujer y la paella por suerte es una receta de sobra conocida por mí.

¿Has echado de menos apoyo en España antes de ir a Alemania?
Todo lo contrario, he recibido apoyos de todas las personas de mi alrededor. Apoyos como el de mi madre que me decía que era la mejor decisión y una buena oportunidad a la vez que lloraba por la distancia que nos iba a separar. Y como el de algunos amigos que me deseaban suerte y a la vez me decían que era muy valiente en emprender esta aventura. A todos ellos me gustaría darles un millón de gracias y decirles que seguimos adelante. Son muy importantes para nosotros los apoyos que seguimos recibiendo de todos ellos.

¿Recomendarías a los españoles la experiencia de emigrar?
No soy muy dado en esto de dar consejos, puesto que siempre me he guiado un poco por lo que creía que debia hacer y que he sentido que era lo mejor en cada momento. Pero si me gustaría decir que este tipo de experiencia a mi ya me ha valido la pena, por un sinfín de motivos. Experiencias vividas, gente conocida, autoestima adquirida…

¿Vais a España a menudo?
Hasta ahora estamos viajando dos veces por año a España. Tenemos un perro y desde hace ocho meses una niña, así que no nos resulta posible viajar tanto como lo podría hacer una persona sola, cogiendo un vuelo el viernes y volviendo el domingo.

¿Has conocido a más españoles allí?
Sí, en la zona donde estamos viven muchos españoles o, mejor dicho, los hijos y los nietos de españoles que emigraron en los años 60. A esos les va bien puesto que o han nacido o llevan más tiempo aquí que en España. Aparte, hemos conocido también españoles o personas de habla hispana que acaban de llegar, con o sin trabajo, con o sin conocimiento del idioma y de todo eso depende un poco de como le va a cada uno. De todos modos es una de las razones por las que estoy metido de lleno en la asociación española de Siegen, por el afán de devolver de alguna forma la ayuda que yo he recibido.

¿Habéis encontrado dificultades para la integración?
Dificultades un montón. Desde aquí quiero decir que,  gracias a la empresa para la que trabajo, no todas a las que se puede enfrentar alguien que se cuelga la mochila y viene a la aventura. Aun así ya he descrito anteriormente muchas de las dificultades que existen al emigrar a un país tan diferente como el Alemán. Sí que me gustaría resaltar las derivadas de la falta de entendimiento, coordinación y consenso en muchos y variados ámbitos entre los dos países, en los tiempos en que vivimos. Lo que nos afecta, primeramente por la desinformación que existe por parte de las administraciones, tanto pública como privadas, y seguidamente por el asombro, incredulidad e impotencia que te genera, por ejemplo, darte cuenta de que los cambios que se han hecho en España bajo el nombre de Europa, como el Plan Bolonia, cuando llegas aquí tienes que escuchar al respecto cosas como “ese título universitario aquí no sirve puesto que esos estudios están reglados de otra manera, además está en inglés, debe usted hacer una traducción jurada e intentar convalidarlo en la administración pertinente” (caso real que le ocurrió a mi mujer al presentar su título universitario expedido por la Politécnica de Valencia en inglés, como marca el plan Bolonia para que tenga vigencia en toda Europa, con el consiguiente aumento de la tasa). O, otro ejemplo, enterarte después de dos años y medio viviendo aquí que existe un “convenio de doble imposición” que regula y detalla los derechos y obligaciones en matería fiscal para los no residentes en España.