viernes, 19 de abril de 2024

ENTREVISTA: CARLOS RIAÑO

“En Suecia di el paso definitivo a la madurez”

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Carlos Riaño junto a su mujer, en Estocolmo, la capital sueca y ciudad en la que residen.

En muchas ocasiones, el amor está detrás de la emigración. Lejos de la necesidad o las ganas de emprender una nueva vida, quien se enamora en otro país tiene ante sí un motivo ilusionante para moverse allí Ese fue el caso de Carlos Riaño, un joven asturiano, con sus raíces en el municipio de Teverga, que conoció en 2010 a la que, en solo unas semanas, se convertirá oficialmente en su mujer. Y es que, como bien dice nuestro protagonista… ¡Es necesario estar enamorado para vivir en Suecia permanentemente!

Carlos, ¿qué has encontrado en Suecia?
En mi caso, felicidad, trabajo, nuevas oportunidades y, por otro lado, tener que dar el paso definitivo a la madureza.

¿Cuándo supiste que Suecia podría llegar a convertirse en tu casa?
En 2010, cuando trabajaba en la compañía Ericsson en Madrid, fui destinado a un proyecto a Göteborg. Allí conocí a la que después sería mi novia, una venezolana estudiante de magisterio y Lengua Española criada en Suecia. Cuando el proyecto estaba terminando, le pedí que se viniera conmigo a Madrid unos meses para continuar sus estudios en la Universidad Complutense. Yo le prometí que buscaría un trabajo en Suecia…¡y ya han pasado cuatro años desde aquella locura!

¿Qué destacarías de tu ciudad actual, Estocolmo?
Suecia es un país que, en términos generales, funciona muy bien. Todo inspira estabilidad, hay una buena planificación y la organización es fantástica. En el trabajo, además, se valora a las personas en función de sus resultados y se concilia muy bien la vida familiar con la profesional.

En tu caso, como emigrante en Suecia, ¿encontraste alguna dificultad especial al llegar aquí?
La verdad es que no he tenido ningún problema, en lo que ha influido mucho haber llegado aquí con un contrato de trabajo y que mi novia fuera sueca. Sin embargo, he de decir que no considero que mi adaptación aquí haya sido total, sobre todo porque no he sentido la necesidad de sumergirme en la cultura del país. Casi todo mi trabajo lo hago en inglés (incluso, a veces, en español), la mayoría de nuestros amigos aquí son hispano o anglo parlantes y, de hecho, sigo muy de cerca tanto la televisión como la radio española.

¿Hablas sueco?
Es una de mis asignaturas pendientes. Ahora mismo estoy terminando mis estudios de Económicas en la UNED española y, de hecho, es una de las cosas que quiero hacer cuando termine. Creo que hablar el idioma local, aunque sea con un nivel medio, es fundamental para no sentirte extranjero.

Para Carlos Riaño, la llegada a Suecia no solo supuso un reto desde el punto de vista personal, ya que comenzaba una nueva vida con la que después se convertiría en su mujer, sino también profesional. Aunque ya trabajaba en la misma empresa que en España (la multinacional Ericsson), su responsabilidad aumentó al llegar al país nórdico. Eso sí, “si se viene a buscar trabajo hay que hacerlo con un buen nivel de inglés y mentalizado de que hay que aprender sueco intensivamente”, advierte Riaño.

¿Cuál es tu trabajo actual? ¿Haces lo mismo que en España?
Me encargo de la gestión de nuestro laboratorio y de coordinar el grupo de reproducción de fallos que se reportan en las redes de telefonía 3G. El trabajo es diferente al que hacía en España, entre otras cosas porque esto que hago aquí no lo podría hacer allí, ya que el desarrollo y mantenimiento de este producto se hace exclusivamente en Suecia.

Llegaste a Suecia porque así lo pediste en tu empresa. ¿Tuviste algún problema para irte?
Mi empresa me ayudó mucho para hacer el cambio y, por otro lado, mi familia ha sido siempre un gran apoyo en estos años. Aunque el trabajo que hacía en España me gustaba y era mucho mejor que la media, es cierto que las perspectivas de crecimiento eran nulas. Me sentía bastante desmotivado allí.

¿Recomendarías la experiencia de la emigración?
Evidentemente, no todo es maravilloso. Cuando decides emigrar, debes ser consciente de que supone una gran sacudida en tu círculo social y, sobre todo, que de repente estás más solo. Has de empezar de cero cada día.  Eso supone ver las puertas que se abren pero también las que quedaron atrás, lo cual puede producir cierta nostalgia. Pero, en líneas generales, recomiendo la experiencia si tienes un punto aventurero: la vida es corta y hay que vivir nuevas experiencias. Emigrar enriquece, te hace valorar más lo que tienes y, en mi caso, te hace ver que Asturias es un gran lugar para vivir… ¡Emigrar a Asturias debe ser impresionante!

¿Vas a España a menudo?
Si, bastante. Voy para hacer los exámenes de la UNED y, además, siempre que puedo por vacaciones, bodas de amigos, etc. Es bonito regresar y ver a toda la gente que quieres.