Esteban de Backer es un arquitecto granadino de 33 años que, tras una buena carrera profesional en España, decidió poner rumbo a Nueva York para ampliar su experiencia académica.

Esteban, ¿cómo se vive en Nueva York? ¿Qué es lo que más destacarías de tu destino?
Es complicado responder porque no creo que pueda destacar una sola cosa. Supongo que lo que más me gusta de Nueva York es la capacidad de reinventar a la gente, en el sentido de que es una ciudad que te fuerza a ponerte en movimiento. Si me centro en mi situación personal en un ambiente como el de la Universidad de Columbia, que ejemplifica a pequeña escala la ansiedad de Nueva York, diría que es el sitio perfecto para hacerte muchas preguntas y contemplar muchas posibilidades. La especialización laboral es intensa en este país, de tal manera que, por ejemplo, un arquitecto puede significar muchas cosas distintas en un lugar como Nueva York. Tienes que decidir y esta ciudad te empuja a hacerlo.

¿Por qué decidiste irte allí?
Las motivaciones para salir de tu país pueden ser múltiples, al igual que las motivaciones para quedarte. En mi caso particular, la razón principal fue obtener una de las becas de la Fundación La Caixa para realizar estudios de postgrado en Estados Unidos. En el momento que fui galardonado con la beca, vivía en Madrid y colaboraba en el despacho No.mad Arquitectos, de Eduardo Arroyo, en el que estuve durante cinco excitantes años. Sin embargo, mi interés por ampliar mi experiencia académica en un ambiente tan privilegiado como la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, me hizo hacer las maletas.

¿Está siendo la experiencia como imaginaste al irte?
Principalmente he encontrado lo que vine buscando, es decir un entorno académico de alto nivel y competitividad del que todavía formo parte. Por otro lado, Nueva York es una ciudad excitante y sobre todo muy diversa, hasta el punto de que se hace complicado conocer verdaderos neoyorquinos. Es una ciudad en constante cambio que de alguna extraña forma tiene la capacidad de no agotarse a sí misma. Sin embargo, también muestra en muchas ocasiones la disparidad social de una ciudad altamente capitalizada, lo cual, si bien es una condición global, aquí se evidencia con especial intensidad.

¿Qué es lo que más echas de menos de tu vida en España?
Como siempre lo que más se echa de menos es la gente querida. Yo por suerte vine con mi mujer, Cristina, que trabaja como arquitecta. Y, además, dentro de poco se unirá a nosotros nuestra hija Valentina... He sido lo suficientemente afortunado como para venir con familia incorporada, pero de todas formas hay muchos amigos lejos que se echan en falta.

¿Has echado de menos más apoyos antes de irte?
Mi caso es particular, ya que yo tuve todos los apoyos necesarios para irme gracias al soporte de la Fundación La Caixa. Hablando de manera más general, si algo no falta ahora en España son incentivos para salir. Por otra parte, es cierto que muchas de las facilidades que sobre todo los estudiantes tenían hasta hace poco para salir fuera se están viendo comprometidas por la situación.

Ahora que lo has vivido en tu propia piel, ¿recomendarías a los españoles la experiencia de la emigración?
La emigración siempre es una gran experiencia si no es impuesta. En mi opinión, emigrar siempre es positivo, aunque no siempre resulte fácil. Siempre se aprende algo y se gana en comprensión. Es mucho más fácil empatizar cuando eres capaz de ponerle cara a diferentes realidades en otros lugares del mundo.

¿Cómo es tu día a día como profesional en Nueva York? 
Después de graduarme en mayo en un Master en Diseño Avanzado (MsADD) en la Graduate School of Architecture, Planning and Preservation (GSAPP) en la Universidad de Columbia, fui aceptado en un programa de investigación en la misma institución. Además, doy clases en la escuela de pregrado de Barnard College y también trabajo, por mi cuenta, como arquitecto.

¿Crees que podrías hacer lo mismo en España?
En cuanto a la formación, existen máster de naturaleza similar en España. Sin embargo, la oportunidad de acceder en las condiciones que yo lo he hecho a una de las universidades más prestigiosas de la Ivy League es algo que solo se puede experimentar aquí. Este tipo de instituciones promueven mucho el networking y eso tiene sus consecuencias positivas, también laboralmente.

¿Viajáis a España a menudo?
Vamos al menos una vez al año. La suerte es que Nueva York atrae a mucha gente, con lo que solemos tener visitas de manera frecuente.

En Nueva York hay muchos españoles… ¿Soléis encontraros con ellos?
En este momento hay muchos españoles en todas partes y Nueva York no es una excepción. Antes de venir conocíamos unos cuantos amigos viviendo y trabajando aquí. De todas formas, el caso de Estados Unidos en un poco especial ya que es complicado venir a trabajar si alguien en el país no patrocina tu visado. Por lo tanto la gente que viene es porque normalmente tiene un buen puesto de trabajo o bien ha continuado aquí después de acabar sus estudios.