Aclamado internacionalmente como uno de los mejores violinistas de su generación, el ovetense Bruno Peña reside y trabaja en Nueva York, un destino único en el que puede desarrollar su profesión al lado de los mejores músicos del mundo.

Bruno Peña está en su ambiente cuando está en Nueva York. Su enorme diversidad cultural convierte a la ciudad más famosa de Estado Unidos en un escenario perfecto para sacar a relucir el talento de Bruno, su adaptación a toda clase de estilos y, sobre todo, su capacidad para encandilar a crítica y público con sus magistrales actuaciones. En la ciudad de los rascacielos ha sido posible ver y escuchar a este ovetense al lado de compositores como Aaron Severino o cantantes como Emily Drennan, sin olvidar a otras estrellas más célebres como Gloria Estefan, José Feliciano, John Legend, Connie Francis o el trompetista Chris Botti.

Desde que dejó su Oviedo natal, gracias a una beca de Cajastur, Bruno ha tenido tiempo de labrarse una carrera como violinista y, sobre todo, ser capaz de vivir de su pasión, algo que no es nada fácil… Ha recibido el reconocimiento de la crítica, que considera al violinista como un músico que “interpreta las más difíciles piezas con estilo”. Ha actuado, como solista, en países como Francia, Portugal, Países Bajos, Austria, Alemania o México, además de su España natal y su país de acogida, Estados Unidos. Bruno ha tenido la ocasión de estar presente en escenarios míticos, como el Carneige Hall o el Lincoln Center de Nueva York, los Konzerthaus de Viena y Berlín o el Auditorio Nacional de Madrid. Ha actuado junto a orquestas como la Filarmónica de Nueva York y es miembro del American Ballet Theater.

Una carrera, en definitiva, llena de éxito, en la que las referencias a su juventud e infancia en su Asturias natal son constantes.

Bruno, ¿cómo comenzaste tu carrera musical?
Empecé a estudiar música con cinco años y después, como vi que me gustaba mucho, continué en el Conservatorio Superior de Música de Oviedo, bajo la tutela del violinista Alexei Michlin. Al obtener mi titulación en el conservatorio, consideré que sería muy positivo para mi formación ampliar mis estudios extranjero a través de un Máster. Pensé, además, que sería una experiencia muy enriquecedora a nivel personal…

¿Y qué has encontrado en Nueva York?
Esta ciudad es indiscutiblemente la capital del mundo. Es un lugar en el que conviven todas las culturas, por lo que socialmente es un destino único. La ciudad desprende una gran energía que te contagia y te ofrece infinidad de posibilidades: sus atracciones turísticas, su arquitectura, sus museos, los musicales de Broadway, el Lincoln Center, las galerías de arte del Soho…

¿Qué es lo que más valoras de la sociedad americana?
La verdad es que la gente está muy comprometida con su trabajo. De ellos admiro, por encima de todo, su capacidad de adaptación y recuperación ante cualquier tipo de adversidad.

¿En qué proyecto estás involucrado ahora mismo?
En la actualidad estoy trabajando en la orquesta del American Ballet Theater, además de otras formaciones de cámara y sinfónicas. También tengo la oportunidad de hacer mucha música de cámara y ofrecer recitales. Estar en un lugar como Nueva York te permite tener mucho trabajo siempre. ..

Tu sabes bien lo que es la emigración… ¿Recomendarías la experiencia?
La verdad es que yo me siento muy afortunado por poder trabajar aquí. Cuando salí de España recibí una beca sin la cual me habría resultado imposible cursar el Máster en Nueva York….. La experiencia de la emigración es muy positiva en todos los aspectos, aunque yo echo mucho de menos mi familia y mis amigos de España, sin olvidar la gastronomía y, cómo no, un buen culín de sidra…

¿Crees que podrías hacer lo mismo en España?
Viajo siempre que puedo a España para estar junto a mis amigos y mi familia… Y me encantaría trabajar allí, pero creo que la cultura se ha visto muy castigada por la crisis y las posibilidades a día de hoy son realmente escasas.