La emigración es, habitualmente, un camino de ida y vuelta. Después de llegar a España en 2011, procedente de Bélgica, Camille del Mármol decidió emprender un viaje de un año que la ha llevado alrededor del mundo.

Ahora, está a punto de irse a Phoenix, Arizona (Estados Unidos) para emprender sus estudios en terapias alternativas. Esta es la historia de una viajera incansable que está descubriendo el mundo desde una nueva óptica.

Camille, ¿cuándo y por qué llegaste a España?
Llegué en marzo de 2011. Mis padres vivían en Madrid en aquel tiempo, así que fue bastante fácil tomar la decisión. España me atraía por el idioma, la gente y, además, por el hecho de que está cerca de Bruselas. Además, tenía ganas de salir de mi “zona de confort”, Bruselas es una ciudad bastante pequeña donde es muy fácil entrar en una rutina donde hay pocos retos. Tienes a tu grupo de amigos y tus lugares preferidos para ir a cenar o salir… Y no te atreves mucho a hacer cosas nuevas. Me atraía bastante la idea de ser anónima en una ciudad nueva donde había que descubrir todo de nuevo. Al final, me quedé en Madrid dos años y medios, haciendo un Máster en Comunicación en ESIC y, después, otro en el IE en International Managment, además de hacer unas prácticas en una agencia de publicidad, Publicis.

Respecto a tu país, Bélgica, qué te sorprendió de España?
La verdad es que me sorprendió un poco el machismo que, en mi opinión, sigue bastante presente en la sociedad. Me gustó mucho la gastronomía y me resultaron también sorprendentes las condiciones laborales…

Después de estudiar y trabajar aquí, decidiste emprender un viaje por el mundo. ¿Cuál fue el motivo?
Tras haber terminado mis estudios, al empezar a trabajar me di cuenta de que no me gustaba tanto la publicidad y mucho menos el mundo de los negocios…. Había estudiado esto por mis padres, porque sabia que eran estudios que ellos consideraban como “serios”. Pero yo no me veía encerrada nueve horas al día en una oficina… Quise irme para saber lo que realmente a mi me gustaba, quería salir de las presiones de mi familia, mis amigos, la sociedad... Descubrir qué quería hacer y qué me interesaba. Por eso decidí irme sola durante un año.

¿A qué países has viajado? 
Empecé en Bolivia el 29 de noviembre 2013 y luego me fui a Perú, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Estados Unidos, Australia, Indonesia, Cambodia y Tailandia. Volví a Bruselas el 3 de diciembre 2014.

¿Qué es lo qué más te sorprendió de tu viaje?
Antes de irme mucha gente me dijo que era una locura irme sola, sobre todo en Sudamérica. Lo que mas me sorprendió en mi viaje fue que el 99,9 % de la gente que la que me encontré era buena. Creo que tenemos una tendencia en creer que el mundo es “malo”. Pero realmente es todo el opuesto. No me ha pasado nada malo y nunca me he sentido en peligro. Por supuesto, hay reglas de sentido común que hay que respetar, pero realmente la gente es mucho mas simpática de que lo pueden mostrar los medios de comunicación. Otra cosa que me ha sorprendido es descubrir todas las oportunidades que hay en el mundo. Realmente, uno puede elegir entre tantos tipos de vida diferente... Si lo hace con amor y pasión, pasan cosas increíbles.

¿Has encontrado muchos españoles en tu viaje?
No muchos, la verdad… Los que más viajan así, de mochileros, son los australianos, canadienses y americanos.

¿Qué plan tienes ahora para los próximos meses?
Durante el viaje he encontrado lo que quería hacer. Y me voy a principio de marzo a Phoenix, Arizona, a estudiar masaje y terapias alternativas durante un año.