jueves, 25 de abril de 2024

EL CURSO DE VERANO SE HA DETENIDO EN DAR A CONOCER QUIÉNES SON Y QUÉ HACEN LOS ESPAÑOLES DE LA ANTÁRTIDA

La Complutense presenta un documental sobre los españoles que trabajan en la Antártida

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Uno de los españoles que realizan su trabajo en la estación científica de la Antártida.

El documental 'Antártida, un continente para la ciencia', producido por la Universidad Complutense, con la colaboración de la Plataforma de Divulgación Científica de esta misma universidad y con la participación del Ministerio de Economía y Competitividad y el Comité Polar Español, ha sido presentado en los Cursos de Verano Complutense de El Escorial. En él se refleja el trabajo de los científicos y los militares españoles en las dos bases científicas del continente antártico, una actividad en un territorio hostil y extremo.

Después de más de 25 años de la adhesión de España en el Tratado Antártico, la presencia española sigue presente en el continente en las bases antárticas españolas Juan Carlos I, en la Isla Livingston, y Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción. En ellas, militares y científicos unen sus esfuerzos para combatir una climatología absolutamente adversa para que gracias a sus investigaciones se pueda conocer mejor la situación en la que se encuentra el planeta.

El documental empieza en el puerto de Cartagena desde donde el buque Hespérides de la Armada inicia su viaje surcando el océano Atlántico para un mes después llegar al continente blanco. En el camino ya empieza la investigación, gracias a las instalaciones que tiene el buque, como laboratorio en las cubiertas y la tecnología suficiente para recogida de muestras, además de antenas de conexión satélite para que esas investigaciones pueda llegar lo antes posible a sus universidades y centros de investigación.

Una vez en la Antártida las actividades que se realizan en las distintas bases van desde el estudio de la atmósfera, de la actividad sísmica o la actividad geomagnética. Para realizar estas actividades los científicos en muchas ocasiones tienen que ir acompañados por expertos en montaña que en muchas ocasiones son los que cogen las muestras debido a las grandes dificultades que presenta el terreno.

Un terreno que no es 100% transitable a pie y por tanto desde hace unos años se han incorporado vehículos aéreos no tripulados para poder observar esas zonas de los glaciares totalmente aisladas, aunque con estos UAVs se encuentran con dos retos importantes: la climatología absolutamente cambiante y zonas muy nevadas.

"Cooperación, trabajo, esfuerzo y cercanía" se unen en el desierto blanco de la Antártida, "un continente para la ciencia".