El secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda; la directora general de Xuventude e Voluntariado, Cecilia Vázquez, y el vicepresidente de la Diputación Provincial de Lugo y delegado de Área de Empleo y Demografía, José Antonio García López, visitaron el campo de trabajo de Portomarín, donde comparten labores 20 jóvenes gallegos residentes fuera de la Comunidad Autónoma, con otros seis residentes en el territorio gallego, tres monitores, el director del campo, y una arqueóloga.
Además del vicepresidente, el secretario general y la directora general, también acudieron a la visita José Manuel Desbroces, jefe territorial de Vicepresidencia, y delegado en funciones de la Xunta en Lugo, y el alcalde de Portomarín, Juan Serrano.
La presencia de los gallegos del exterior es posible gracias a la segunda modalidad del programa “Conecta con Galicia” de la Secretaría Xeral de Emigración, en colaboración con la Dirección Xeral de Xuventude e Voluntariado, de la Consellería de Traballo e Benestar, y la finalidad de la iniciativa es que este colectivo tenga oportunidad de conocer de primera mano la realidad gallega. Los jóvenes proceden: ocho de Argentina, seis de Uruguay, dos de Venezuela, dos de Brasil, y dos de Cuba.
De 20 y 30 años
Concretamente, las plazas de los campos de trabajo se destinan a participantes con edades comprendidas entre los 20 y 30 años. Se trata de actividades de colaboración desinteresada y voluntaria en trabajos diversos, que les sirven para alcanzar un mayor conocimiento de la cultura gallega, de la mejora ambiental del entorno, y de la recuperación del patrimonio cultural y arquitectónico.
Concretamente, las labores de trabajo de campo que realizan los jóvenes consisten en la puesta en valor del castro de Portomarín, en Lugo. Por las tardes desarrollan un amplio abanico de actividades visitando lugares emblemáticos de toda Galicia, como las termas de la Chavasqueira en Ourense, el casco viejo de Santiago, la villa tradicional de Combarro en Pontevedra, la muralla romana de Lugo, o los paisajes únicos de la Ribeira Sacra, entre otros.
Además, realizan actividades complementarias para facilitar la interrelación entre ellos y con el entorno, tales como actividades náuticas y deportivas en general, actividades de animación, charlas formativas, visitas a lugares y museos de interés antropológico, o incluso la preparación compartida de menús gastronómicos originales de los países en los que residen.
Los beneficiarios del programa llevan a cabo visitas teatralizadas al castro, mediante las cuales fomentan el conocimiento de este importante vestigio arqueológico entre los millares de peregrinos que recorren el Camino Francés y que hacen parada en Portomarín.