jueves, 25 de abril de 2024

CRISIS EN VENEZUELA

“Se han cargado 50 años de democracia en un domingo"

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"Me vine de Venezuela en 2007 porque pensé que iba a ir a peor, pero nunca imaginé que llegaríamos a esta situación". Son palabras de José David Fernández, hijo de emigrantes gallegos, que se vino a la tierra natal de su progenitores"hastiado" de las políticas llevan a cabo en su país nativo. La comunidad venezolana en la provincia no permanece ajena a los acontecimientos que afectan a su país y menos aún a la Asamblea Constituyente que se votó este pasado domingo, impulsada por el presidente Nicolás Maduro.

"Es una huida hacia adelante de Maduro", sostiene José Manuel Rodríguez, hijo de emigrantes que dejó a su familia en Caracas hace ya diez años para venir a Ourense. "Se han cargado 50 años de democracia un domingo cualquiera. Es tremendo", añade. "Es una tomadura de pelo para la democracia del mundo. Lo peor es esa cantidad de países que dicen estar en contra y no hacen nada, salvo Estados Unidos", afirma Mario Rodríguez, venezolano sin familia emigrante, que vino a Ourense hace diez años para empezar una nueva vida. 

María Teresa Pérez, que estuvo 40 años con su marido al otro lado del charco, volvió hace 15 años, aunque mantiene vínculos familiares y empresariales. "Se veía venir lo que podía pasar. Mi esposo tomó la decisión en 2002, dijo que no quería que nuestros hijos crecieran allí", dice Pérez, que no se arrepiente, ya que, aunque ama Venezuela, "la cosa se puso más fuerte, y más que se va a poner después de este fraude. Es terrible", señala.

En cuanto a los resultados de la votación de la Constituyente, los consultados comparten la postura de la oposición, como quedó patente hace dos semanas en el referéndum de la oposición, en el que de los 1.000 votos emitidos en la ciudad, solo uno se pronunció a favor de este procedimiento.

 "Esto ahora es una dictadura pura y dura, no hay separación de poderes  y modifican a su antojo la propia Constitución que ellos crearon. No tiene sentido", dice Fernández. "Lo de ayer fue la última patada del ahogado, saben que están perdidos", destaca Mario Rodríguez. "Ni ellos mismos se creen que hayan votado ocho millones de personas", señala José Reza Sousa, uno de los coordinadores en la provincia del movimiento del referéndum contra este proceso.

¿Qué puede pasar ahora? "Lo primero que hará este Gobierno es tomar el parlamento electo, deshacerlo y meter presos a diputados. Se instalará un poder total", sostiene Reza. "Pese a todo, la gente seguirá protestando contra esta 'prostituyente' (sic)", añade. 

"La gente no va a salir de las calles, porque esto ha sido lo máximo a lo que podíamos llegar. Hablan de una victoria cuando solo han votado poco más de dos millones de personas", dice José M. Rodríguez. "El parlamento va a quedar disuelto y creo que van a ir a por la oposición", afirma Mario Rodrígeuz. 

Pese a todo, hay un ligero optimismo  de cara a un cambio. "Están dando los últimos coletazos, saben que no tienen el apoyo del pueblo", asegura Mario. "La protestas están extendidas a todos los estratos, la gente ya ha despertado, sobre todo los jóvenes, pero esto es un fraude que da una mala imagen mala de un país con riqueza", afirma Pérez. "La gente lo tiene ahora más claro; hay que seguir luchando para que no se perpetúen en el poder", concluye Reza".

Las reacciones

JOSÉ MANUEL  RODRÍGUEZ

De familia de emigrantes ourensanos, hace 10 años dejó Caracas para venir a estudiar a Ourense:"El gobierno venezolano está haciendo lo que le da la gana,  incluso ha obligado a los funcionarios a votar la Constituyente. Maduro está intentando emprender una huida hacia adelante y se ha cargado 50 años de democracia un domingo cualquiera".

MARIO RODRÍGUEZ

Sin raíces ourensanas, hace diez años decidió cruzar el charco e instalarse en la provincia: "La Constituyente es una tomadura de pelo para la democracia mundial. La mayoría de países que dicen que están en contra no hacen nada, solo EEUU ha tomado medidas. Están dando los últimos coletazos, saben que no tienen el apoyo del pueblo". 

JOSÉ DAVID FERNÁNDEZ

Este hijo de emigrantes retornados fue el último de la familia en venirse a Ourense: "Cuando vine, en 2007, lo hice porque pensé que el país iba a ir a peor, pero nunca imaginé que acabaría así. Esto ha sido la última demostración de que vivimos en una total dictadura, se van a cargar el parlamento electo y modificarán su propia  Constitución a su antojo".

"Todavía no hay una guerra civil porque la oposición no está armada"

La violencia es lo que más preocupa a los venezolanos de la provincia. "Si los opositores tuviesen armas, estaríamos en una guerra civil", mantiene Mario Rodríguez. La misma postura que tiene José David Fernández: "No hay guerra porque el bando mayoritario no está armado, pero cada semana hay un parte de guerra, si nos ceñimos al número de muertos y heridos", añade Fernández.

También hay rechazo al 'modus operandi' de los opositores, a los que algunos atribuyen algo de culpabilidad. "Si hace cinco años la oposición hubiera sido más férrea, no habríamos llegado a este punto, aquel era el momento para mostrarse fuertes", considera Teresa Pérez. 

La situación, a tenor de lo que cuentan, se hace insostenible. "Yo ahora mismo, si vuelvo de vacaciones no tengo a nadie a quien visitar. Se han marchado todos, uno de los pocos que quedaban, un amigo que trabaja para un cargo del Gobierno, también se va a marchar. Vive bien, pero lo hace por sus hijos", cuenta Fernández. Lo respalda Teresa Pérez: "Todas las amigas de mi hija que estudiaron allá se están marchando por falta de oportunidades y por problemas de seguridad".

Tienen claro por qué se ha llegado a esto: falta de abastecimiento y desaparición de las clases medias. "El Gobierno es una cueva de ladrones", dice Fernández. Y añade: "Se vivía mejor cuando vendíamos a 8 euros el barril de petróleo que ahora. Ahora llenan las cuentas en Estados Unidos".  Teresa Pérez también señala al petróleo: "Pasamos de vender barriles a 100 dólares a tenerlos a 30. Hay desabastecimiento, ha desaparecido la clase media y ahora la  protesta ya es global y no es pacífica. Hay mucha gente harta".