viernes, 19 de abril de 2024

PRIMER CAPÍTULO

"Historias para Contar": La apasionante vida de Manuel Lemos, un gallego de ley

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Solo 7 años después de que Domingo Krause fundara la Villa que lleva su apellido, Manuel Lemos comenzaba a construir la bodega La Superiora, un importante inicio para un imperio vitivinícola que se extendió por todo el país. Pero no fue el éxito comercial y la aportación económica que hizo a la región, cientos de familias de Vila Krause dependían de la bodega,  sino su solidaridad y la cultura del trabajo que generó a través de fundaciones, cooperativas y otras instituciones.

Esto fue lo que le valió a Lemos, tras su muerte en 1946, que los sanjuaninos lo honraran poniendo su nombre a una calle que atraviesa todo el departamento Rawson, de norte a sur, y se extiende hasta Pocito.

La semana del 17 de Octubre del 2012, coincidiendo con los festejos del 99 aniversario de la fundación de Vila Krause, el municipio presentó el proyecto Paseo Histórico Cultural La Superiora, un complejo educativo situado en el predio donde Lemos elaboraba y despachaba sus vinos.

Manuel Lemos nació en Galicia y llegó a la Argentina con 17 años. Los empleados más antiguos de la bodega aún cuentan la anécdota: en el viaje en barco desde España, conoció y se hizo amigo de una monja, y fue por el cariño y la admiración que le despertó esa mujer, que cuando abrió su primer local de venta de vinos en Buenos Aires, en el año 1897, le puso en su honra La Superiora.

Por entonces compraba vagones de vinos a Mendoza y San Juan, los envasaba con su marca y los distribuía; en un año había logrado abrir cinco sucursales. Con la idea de llegar a la mesa del consumidor sin intermediarios para asegurar la pureza del producto, Lemos comenzó a abrir sucursales en el todo el país. En 1911, la firma se convertía en la primera productora de vinos, compró la primera bodega y viñedos en Mendoza. Lemos era un hombre que nunca estaba quieto y estaba convencido de que no había límites para el crecimiento.

En 1920, iniciaba en Vila Krause la construcción de una bodega que inicialmente tenía una capacidad de 25.000 hectolitros y que llegó a tener 140.000 hectolitros. En 1927, el empresario realizó un convenio con la empresa Ferrocarril al Pacífico para llegar con trenes hasta las mismas instalaciones de sus bodegas en San Juan y Mendoza, y en la estación Palermo construyó un enorme edificio con administración y depósito. Cuantas obras realizó Don Manuel, fue ejemplo de esfuerzo creador y con visos de temeridad, transformaba pedregales áridos en viñedos. El señor Lemos creyó siempre que faltaba equidad en la distribución social de los frutos del trabajo y en cuanto estuvo dentro del radio de sus posibilidades, propendió a emendar la injusticia, resaltaba el libro Don Manuel Lemos y su obra argentinista.

12272896_10205231293803054_782910525_nEste espíritu lo llevó a que, pocos meses después de constituida la Sociedad Anónima La Superiora, sometió al directorio el proyecto de asociar a la empresa a sus obreros, empleados y ex empleados, algo que las empresas no hacían en ese momento.

Comenzó a fomentar el ahorro, aceptando depósitos a los que aplicaba un fuerte interés hasta alcanzar el importe de las acciones. Estas tenían un interés mínimo garantizado del 8 % y sus propietarios participaban del dividendo correspondiente. Lemos decía que el ahorro es una indicación de carácter y es evidente que quien lo practica tiene dominio sobre sí mismo y un propósito definido en la vida.

Por entonces, este visionario sugería la conveniencia de la organización social para la propaganda del vino y publicaba las ventajas de su consumo a través de la opinión científica de médicos ilustres, en su propia revista.

En la década del 30 la empresa fue premiada en el Congreso de la Uva en Túnez, por sus productos: mermelada de uva, caramelos de uva, pan de uva, y extracto. Creó el Palacio de la Venía, un lugar donde concentró el mejor y más representativo de la industria para mostrarla a los que, lejos de Cuyo, desconocían este mundo. Tenía una elaboradora en miniatura, uno vitis bar para degustaciones y reuniones social, una biblioteca enológica, un salón pictórico alegórico, un museo y una escuela de sommeliers.

Pero esta meca del vino en Buenos Aires, no solamente ofrecía vinos La Superiora, sino que también estaban los mejores vinos del país de distintos productores. Lemos desconocía el significado del egoísmo. En 1931, se sumó a la flota de camiones, autos y vagones de tren de la empresa, un avión, para realizar de forma más eficiente y rápidas las inspecciones en las bodegas del país. Más tarde, en 1936, Lemos realizó la primera exportación de extracto de uva La Superiora hacia Inglaterra.

A los mejores alumnos de las escuelas de Mendoza y San Juan, Lemos los premió con cuadernos de ahorro postal, que se entregaban una vez al año junto con subsidios para ropa y útiles en las escuelas más necesitadas, los primeros fueron en 1942. En Mendoza, construyó una escuela y levantó un barrio para los obreros.

Aunque el dato genera controversias, hay quien asegura que fue Lemos el iniciador de la Fiesta de la Vendimia en la vecina provincia. Fue él quien buscó imponerla hasta en Buenos Aires, donde un grupo de jóvenes repartían racimos de uva en las principales calles capitalinas.

SU OBRA PARA GALICIA

En la Rúa Bartolomé Mitre funcionaba la Asociación de Val Miñor de la que don Manuel era su presidente, en ella se congregaban verdadero filántropos, capaces de soñar y capaces de dar un asalto a su propio bolsillo, para hacer realidad sus sueños de mejora y de prosperidad para su tierra, esa misma tierra que tuvieran que abandonar desprovistos de las cosas más fundamentales, Don Manuel Losada, Don Concepto López, todos imbuidos de la idea de llevar a Galicia el espíritu de la enseñanza. Y allí fue Don Manuel Lemos, con su pegado “che” tan propio de los porteños, a su Val Miñor, hablando de una escuela para ese su lugar.

Con el viajaron sus sueños, su fervorosa voluntad, junto a la de muchos otros paisanos dispuestos a demostrar que eran capaces y solidarios con esa Galicia que demandaba educación para sus niños y sus jóvenes. Los “che” de hoy merecerían el mismo trato que esas generaciones de ilustres gallegos emigrados tuvo para con su tierra y con su gente. Ellos abrieron su pecho y extendieron sus brazos para proteger el futuro de esos pueblos.

A partir de allí Don Manuel Lemos dará forma a la construcción y puesta en marcha de las Escuelas del Val Miñor, junto a otras múltiples obras que ennoblecen su espíritu de mecenas, la donación del Mercado de Ramallosa, la Capilla dedicada a la virgen del Carmen en el monte Lourido, y por ultimo una obra de especial potencial e imaginación de verdadero emprendedor.

En 1927 funda la Playa América, verdadero adelanto para la época, en ella construye además hermosa casas de veraneo que conforman una pequeña Villa, donde aún puede verse un busto de Don Manuel frente a la costa, y recorrer su calle principal que lleva el nombre de su fundador y especial artífice. Los Consejos de Bayona, Nigran y Gondomar, hicieron llegar al gobierno central un pedido para que Don Manuel Lemos recibiera la Cruz de la beneficencia, por su obra de las escuelas Hispanoamericanas que funcionaron en Valle Milñor, y que fueron base de la transformación y nacimiento de la escuela rural de Galicia.

En el año 1930 el ayuntamiento de Nigran acordó nombrarlo Hijo Predilecto, premiando así su incansable tarea de benefactor de su tierra de origen, a la que entrego mucho de todo lo que América le había permitido realizar y obtener.. El ejemplo de este y tantos emigrantes, merece el reconocimiento de las nuevas generaciones..

No puede haber olvido, para tanta generosidad. Don Manuel Lemos falleció en Mendoza, el 18 de febrero de 1946, a los 71 años. Tras una fecunda vida en sus dos tierras amadas.