miércoles, 24 de abril de 2024

DE GALICIA A JAPÓN

Tomoko Aikawa: "Vine a Argentina, gracias a mi profesora Prieto, la gallega"

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Tomoko Aikawa posa con su última tradución "La Herencia de la Madre", de Minae Mizumura

Tomoko Aikawa, nació en Japón. Es Embajadora de Hiroshima y Representante de la ONG Fundacion Sadako. Vive en Buenos Aires desde 1990. Con ella me encuentro en una tradicional confitería porteña, para hablar de su trayectoria y de su trabajo como traductora de  "La Herencia de la Madre", de Minae Mizumura, con Edicion de Luisa Borovsky, publicado por AH.
Me cuenta que su primera profesora de español fue una gallega. " Paz Prieto es hermana (religiosa) de alguna iglesia. Por su misión viajó a Japón y se quedó. No le gustaba que yo, cuando volví de México, dijera 'ahorita'. Ella me corregía: 'Tomoko, se dice 'ahora mismo' . No aceptaba ningún modismo ni variación; tenía su política lingüística así, perfecto! OK se dice 'de acuerdo'; así se dice según la profesora Prieto. Dictaba clase en la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad Provincial de Aichi. No sé de qué parte de Galicia era, pero sí tenía acento muy gallego. Tuvimos varios profesores japoneses, pero fue la única nativa.

Con Prieto, estudie las expresiones y la gramática en forma muy rígida, entre los años 1985 y 1987 mas o menos. Después de que nos recibíamos, ella hacia reuniones para que no olvidáramos el español los egresados. Termine la Licenciatura en Estudios Hispánicos y Latinoamericanos del Departamento de Estudios Hispánicos de la Facultad de Estudios Extranjeros en 1989. En 1990 fui a una reunión para mantener el español, donde conocí una Sen Pai - egresada de los años anteriores -, quien dio una charla sobre la vivencia en Argentina a cargo de JICA Agencia de Cooperación Internacional del Japon, que es una entidad oficial del gobierno japonés que fomenta la inmigración y cooperación técnica internacional. Había vivido en Rosario (Santa Fe) durante tres años, como profesora de japonés en la asociación japonesa de allá.

Entonces, me dijo que fuera a rendir examen, que por ahí tenía suerte y tuvo razón. Así viajé al año siguiente a Buenos Aires, al Centro de Cultura e Idioma Japonés en la Argentina, que nuclea veinticuatro colegios para hijos de japoneses, para organizar los eventos intercolegiales e informar la situación de la enseñanza de japonés en la Argentina, y solicitar apoyo al gobierno japonés, etc. Me fue mejor que a la Sen Pai, porque tuve suerte de venir a Buenos Aires y a ese centro pertenecían todos: las asociaciones japonesas de Córdoba, Mar del Plata, Rosario, Mendoza, y otras. Así que hay muchas historias; vine a Argentina, resumiendo, gracias a mi profesora Prieto, la gallega.

Ella ya se jubiló pero sigue enseñando en una universidad privada. Seguro sigue muy seria como siempre, pero salimos bien aprendidos, eso es lo importante. La cosas de las calle las aprendemos solos, pero lo básico y lo principal y especial se aprende de alguien. Tuve suerte tener a una profesora dura, con menor tolerancia. Con ese propósito enseño yo japonés y también español a los japoneses".
La profesora Prieto le enseñó el idioma, la vinculó con egresados que podían orientarla y, lo que es más importante aún, le mostró un ejemplo a seguir. Décadas después, Tomoko la recuerda con gratitud.