“Si Cataluña no tuviera Barcelona, quizás fuera Galicia”. Desafortunadas palabras que recuerdan aquellas de Rosa Díez en las que aseguraba que Rajoy era “gallego, en el peor sentido de la palabra”. En esta ocasión, el perpetrador ha sido el candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Alfred Bosch, que para destacar la importancia de la ciudad Condal no tuvo mejor ocurrencia que señalar que Cataluña, sin el peso de Barcelona “sería Galicia”, ya que considera que esta ciudad “es un regalo del cielo para los catalanes, por su proyección internacional”.
Curiosas palabras de un candidato que quiere ser alcalde de Barcelona, ciudad en la que se estima que residen 50.000 gallegos (unos 100.000 en toda la provincia) que también suponen para la Ciudad Condal un aporte de trabajo y profesionalidad. Por poner unas gotas en el mar: Julio Fernández, presidente de Filmax; Amancio López Seijas, presidente de Hotusa; Cándido Iglesias, director de “Rías de Galicia” o el fotógrafo ourensano Manuel Outumuro, centralizan su labor en la Ciudad Condal.
Pero además, hasta ahora, Barcelona no ha vivido de espaldas a esa colectividad, ni ha usado su tierra de origen para hacer muletillas políticas. Curioso caso, teniendo en cuenta que el propio Carod Rovira –ex candidato a la presidencia de la Generalitat- es socio del Centro Galego y se maneja en la lengua de Castelao; que uno de los asesores de ERC en Bruselas es Silvio Falcón, que presume de galleguidad; o que Basilio Losada, ha sido reconocido con la máxima distinción de la Generalitat: la Creu de Sant Jordi.
Las declaraciones de Bosch han comenzado a tener reacciones, como las del candidato del PSC, Jaume Collboni, que las ha calificado como “absolutamente desafortunadas” y ha pedido a Bosch que aclare el contenido de sus afirmaciones y que “se disculpe con los gallegos”, ya que considera la metáfora como “de muy mal gusto”.
La oportunidad la pintan calva. Tal vez por eso, mañana el candidato de ERC, Alfred Bosch, visita las instalaciones del Centro Gallego. Tal vez, después de pedir el voto de los gallegos en la capital catalana se anime a explicarles porqué Cataluña sin Barcelona “sería Galicia”. Si París bien vale una misa, Barcelona quizás se merezca una disculpa.