jueves, 25 de abril de 2024

POLÉMICA EN BARCELONA

El candidato de ERC afirma que se refería al número de habitantes y que se saco de contexto

bosch-centrogallego
Mitin de Alfred Bosch en las instalaciones del Centro Gallego de Barcelona.

Los enfados suelen provocar silencio. Mucho silencio se encontró el candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Alfred Bosch, a su llegada a las puertas del Centro Gallego, donde ayer tenía un acto electoral,  apenas unas horas después de que las redes sociales se incendiasen con sus palabras: “Si Cataluña no tuviera Barcelona, quizás sería Galicia”.

La provocación es un arma muy importante en plena campaña electoral, pero también hay que medir las consecuencias de los actos. Quizás por este motivo, o  por un poco de prudencia, Alfred Bosch llegó a los locales del Centro Gallego con los minutos justitos para los saludos protocolarios en la fachada. No hubo tiempo de más. Aunque eran muchos los socios que estaban a las puertas, esperando por una disculpa o por un “desplante” por parte de la presidencia de la entidad.

En las últimas horas todo un aluvión de e-mails, mensajes por teléfono y en persona pidieron a los responsables del centro que Alfred Bosch se encontrara con las puertas cerradas, en protesta por lo que consideraron un “desprecio” a Galicia. Y hasta última hora se mantuvo la duda de si Bosch podría dar su mitin o se encontraría con una protesta a las puertas de la entidad.

“Non deberían deixarlle entrar”. “É unha vergonza”. Incluso adjetivos calificativos poco cariñosos se dejaron escuchar a la llegada del candidato nacionalista que decidió coger el toro por los cuernos y enfrentarse con su auditorio, haciendo una verónica al respetable congregado en la puerta. Muchos, que habían acudido a las puertas en busca de disculpas decidieron abandonar las instalaciones como protesta por su presencia en los locales sociales.

Y al silencio de Bosh respondió la colectividad con más silencio. El silencio enfadado de los que abandonaron la entidad, el silencio de unos locales sociales más vacíos que de costumbre, o el silencio con el que lo recibió un auditorio compuesto, mayormente,  por emigrantes andaluces y gallegos. Estos últimos, enfadados.

Quizás para congraciarse con ellos Bosch inició su discurso en gallego y pidiendo disculpas por la mala interpretación de sus palabras. El candidato nacionalista explicó que con sus declaraciones se refería a la importancia “numérica” de Barcelona y su área metropolitana  y a que Galicia no cuenta con una zona tan poblada en su territorio.

Si esos eran sus cálculos, los números no le salieron y repetidamente miembros de la colectividad gallega le volvieron a pedir explicaciones por sus palabras, a lo que el candidato de ERC respondió que no es la primera vez que hace este tipo de comparaciones “numéricas”, que ya las había realizado con la región francesa de Nimes, y que nunca se había encontrado con una respuesta similar.

Tras la promesa de incluir a las entidades emigrantes en el Departamento de Cultura y de no cobrar más a los que pagan el IBI más alto, Bosch remató su encuentro con la colectividad sin haber convencido a quienes asistieron al acto.

“Existe un enorme malestar en la colonia gallega”, señalaba uno de los asistentes al final del mitin. “La gente sigue enfadada a pesar de las excusas”.

El presidente del Centro Gallego, Manoel Carrete, no quiso hacer declaraciones, si bien, fuentes cercanas a él confirman que “está muy enfadado, pero acudió a recibirlo “por obligación institucional”, sino no hubiera ido”. A pesar de la insistencia por obtener más declaraciones Manoel Carrete decidió guardar silencio.