viernes, 03 de mayo de 2024

FUE CUESTIONADA POR SER ELLA Y SU MARIDO SOCIOS DE UNA EMPRESA QUE CONTRATABA CON LA ADMINISTRACIÓN

Dimite Esther Díaz, consejera de Bienestar Social y Vivienda del Principado de Asturias

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La ya ex consejera de Bienestar Social y Vivienda en la comparecencia en la que anunció su dimisión.

La ya ex consejera de Bienestar Social y Vivienda inició su comparecencia con las siguientes palabras:

'Comparezco ante ustedes, a petición propia, con la voluntad de dejar clara la legalidad, la transparencia y la rectitud de mi trayectoria pública. El domingo 9 de noviembre comenzaron a publicarse informaciones en las que se me acusa, veladamente, de haber cometido delitos. Desde el primer momento anuncié mi intención de acudir a esta Junta General. Hoy quiero aclarar todo lo relacionado con esas informaciones, ofrecerles cuantas explicaciones consideren oportunas, y también, trasladarles mi posición acerca de los reproches políticos y sociales que de ellas puedan derivarse.

Espero despejarles las dudas que tengan sobre la legalidad de mi proceder. También, abordar en la medida de lo posible, la inversión de la carga de la prueba a la que tengo que hacer frente después de una semana de informaciones y valoraciones reiteradas. Lamentablemente, algunos ya han dictado veredicto. Aún así, el respeto que debo a quien me ha nombrado, al cargo que desempeño con orgullo y a todos aquellos que han confiado y confían en la rectitud de mi actuación a lo largo de mi carrera política, me obliga a proceder en este sentido.

En este preámbulo, agradezco al presidente y al Consejo de Gobierno que me hayan permitido manejar esta situación conforme a lo que les pedí: primero, informar a los ciudadanos a través de una rueda de prensa que celebré el mismo día 9; segundo, comparecer a la mayor urgencia en este Parlamento para explicarme ante sus señorías.

Como dije, la misma mañana que un diario regional publicó la primera información al respecto, convoqué una rueda de prensa para dar la cara y defenderme ante los asturianos ante las insinuaciones sobre posibles prácticas ilegales a favor de una empresa de la que soy accionista desde 1992. Sin explicitarlo se me acusa de beneficiar a esta sociedad a través de las diferentes responsabilidades de públicas que he desempeñado en los últimos años. Todo esto fue interesadamente presentado en un pretendido marco de corrupción generalizada, relacionándome con diversas obras de alto volumen económico y algunas de ellas inmersas en polémicas relacionadas con irregularidades de diversa índole.

Evidentemente, consideré que las aclaraciones dadas en esa rueda de prensa resultaban insuficientes para tranquilizar a unos ciudadanos que desayunan demasiados días sobresaltados por noticias relacionadas con todo tipo de escándalos sucedidos en este país, y algunos, muy recientes y de especial impacto en Asturias. 

Por ello, el lunes siguiente registré la petición de comparecencia ante este Junta, hice una nueva el martes. En sus manos quedó la determinación del cuándo. Hoy es el día que han señalado".

A partir de ésta introducción, Esther Díaz hizo un relato muy pormenorizado, remontándose incluso hasta el año 1.991, desglosando datos de facturación y de contratación de la empresa en cuestión, Davelco, acabando su comparecencia con las siguientes palabras:

"En el Consejo de Gobierno apoyé el proyecto de ley de buen gobierno porque entiendo que es lo que la sociedad hoy demanda. Respaldé el texto siendo consciente de las implicaciones personales que conlleva. Señorías, a sabiendas de que el resultado de su tramitación parlamentaria pudiese implicar algún tipo de incompatibilidad para el desempeño de mi cargo, no realicé maniobra alguna para evitarlo: dejé cualquier tipo de decisión sobre mi futuro en la actividad política al resultado de los términos concretos con que ustedes aprueben la ley.

Quiero por tanto no ser un obstáculo y dejarles trabajar para que decidan sosegadamente, sin especial prisa por cobrarse ninguna pieza.

No obstante, a la vista del escarnio público al que tanto yo como mi familia nos hemos visto sometidos esta última semana, he decidido ponerme a un lado.

Señorías, les anuncio que presentaré de inmediato mi renuncia al presidente del Gobierno de Asturias. Renunciaré a mi cargo de consejera de Bienestar Social y Vivienda en el Gobierno de Asturias y, con él, al compromiso político y la ilusión personal que había puesto en ejercerlo. Digo adiós a todo esto con frustración, con dolor y con el único consuelo de salir con la cabeza alta de la consejería, y de poder mirar a los ojos a mis vecinos, porque, reitero ni soy una corrupta, ni he robado, ni utilicé mis cargos en beneficio de empresa alguna, en esos chacos encontrarán a otros; a mí, jamás.

La razón es sencilla. No soy yo sola la que está sometida a este vilipendio.  También está mi familia. Estoy segura de que me sería más fácil resistir tanta miseria si la presión sólo recayese sobre mí. Resultaría mucho más difícil cobrarse esta pieza. Pero también estoy segura de no poder soportarlo si la insidia alcanza a mi familia día tras día.

Personas que aprecian mi labor y valoran la gestión y la honestidad con la que he trabajado me han pedido que no presente la dimisión, que equivale a darles la razón a aquellos que hoy estarán felices de haberme derribado después de años intentándolo desde muy diversos ámbitos. Pero lo cierto es que el ruido, la insidia pertinaz y el contexto político actual ahogan mis razones.

Comparto esta reflexión y en nada culpo a la sociedad por pensar así. La denominada clase política nos lo hemos ganado a pulso, entre otras cosas, con episodios como éste, cuando la difamación del adversario se convierte en un ejercicio cotidiano, sin pararse en cautelas ni en daños. Cuando vale todo para acabar con el adversario la política se degrada.

Finalizo, ustedes, señores diputados, han de recuperar el protagonismo que se merece esta Cámara, ya que son los garantes del sistema democrático. No deben hacer dejación de sus funciones, no deben servir de mera comparsa al ritmo que se marque desde fuera de las instituciones democráticas.

Para terminar, quiero dar las gracias, especialmente a mi presidente, por haberme dado su confianza para trabajar estos años a su lado, y no habérmela retirado.

Con esta renuncia espero dejar de ser un blanco fácil que contribuye al debilitamiento del Gobierno y al reproche a su presidente. También espero dejar de ser un ariete de desgaste a mi partido y, sobre todo, a los miles de afiliados y simpatizantes para que puedan seguir defendiendo en cada rincón de Asturias la labor del Gobierno sin reserva alguna".