El bailarín asturiano de 25 años, Alberto Blanco según publica el diario El Comercio "iba a salir el sábado por la noche, pero el cansancio pudo con él".Y es que parece ser que Alberto, afincado en Orlando desde hace seis meses acude casi todos los fines de semana al club Pulse con sus amigos, pero el pasado fin de semana se quedó dormido.

El sueño quizás le salvó la vida a este gijonés que sobre Omar Siddique Mateen, el estadounidense de origen afgano que entró en el local armado con un rifle de asalto y acabó con la vida de medio centenar de personas e hirió a otras tantas, afirma que "Había gente que lo conocía de vista porque iba al Pulse. Yo creo que era un musulmán en el armario".

Según el diario asturiano El Comercio, El club Pulse, que se encuentra a solo cinco minutos de casa de Blanco , celebra cada sábado una fiesta latina que congrega a gran parte de la comunidad gay de la ciudad. "Siempre está lleno declara Alejandro. Va gente muy joven porque es de los pocos sitios en los que permiten la entrada a chicos menores de 21 años. Aunque no les dejan beber alcohol, sí pueden bailar y divertirse".

Alberto tuvo noticias del ataque al club muy poco después de que se produjera. La propia discoteca mandó un mensaje a través de su cuenta de Facebook a todos sus seguidores: "Salid del Pulse y corred".

Lo primero que recibió fue un whatsapp de un amigo preguntándole si se encontraba bien. Le acompañaba el pantallazo del mensaje de la discoteca. A partir de ese momento el teléfono no dejó de sonar. Por suerte, el bailarín pudo ponerse en contacto con su familia en Asturias antes de que tuviera conocimiento de la masacre y así evitar que sus allegados se preocuparan.