viernes, 29 de marzo de 2024

SE TRATA DE UNA PIEZA DE RESINA FOSILIZADA

Una telaraña aragonesa de 105 millones de años. Entre los 100 fósiles más importantes del mundo

ambar
Una de las placas de ámbar localizadas en el yacimiento turolense de Utrillas.

 Un fósil del yacimiento de ámbar de San Just, en la localidad turolense de Utrillas, se encuentra entre los cien más representativos del mundo. El fósil se encontró en torno al año 2004 pero ha saltado de nuevo a la palestra al aparecer en el libro "La historia de la vida en 100 fósiles", que han publicado recientemente los investigadores Aaron O'Dea, del Instituto de Investigaciones Tropicales (con sede en Estados Unidos y Panamá); y Paul Taylor, del Museo de Historia Natural de Londres.

Se trata de una telaraña de 105 millones de años de antigüedad en la que aparecen además dos presas: una mosca y un ácaro. Esta pieza de resina fosilizada forma parte de la colección del Museo Aragonés de Paleontología de la Fundación Dinópolis.

En el libro aparecen cien fósiles únicos y muy representativos de todo el mundo. Y entre ellos se encuentra la telaraña de Utrillas “porque es realmente complicado que se haya conservado tan bien a pesar de lo delicadas que son las telarañas”, ha detallado Paul Taylor.

Según el investigador, “se han encontrado telarañas más antiguas en Inglaterra y en el Líbano pero la de Teruel es la más importante por su conservación pero también porque refleja cómo la telaraña hace su trabajo capturando insectos".

El fósil se encontró por casualidad y no se descubrió su importancia hasta que los investigadores lo analizaron al microscopio, ya que la telaraña no se ve a primera vista. “El ámbar de Utrillas se ha convertido en una especie de cápsula del tiempo porque los insectos que se han encontrado se conservan a la perfección a pesar de que han pasado cientos de millones de años desde que quedasen atrapados en la resina”, ha puntualizado uno de los investigadores que encontró la pieza, Enrique Peñalver.

“La telaraña tiene hasta sus gotitas pegajosas y el grosor del hilo es muy pequeño. Luego, si el insecto tenía parásitos, también podemos verlos fosilizados. Además, cuando se quedaban en la resina, de la agonía había insectos que ponían huevos, y podemos ver los huevos también al final del abdomen”, ha detallado Peñalver.

En estos momentos no se está excavando en San Just, pero hay una amplia colección de ámbar en Dinópolis y muchos ejemplares por estudiar. Los expertos esperan excavar de nuevo en Utrillas dentro de uno o dos años. Hasta entonces, seguirán analizando fósiles. Por ejemplo, en estos momentos, están finalizando el estudio de una nueva especie de mantis religiosa que vivía hace cientos de millones de años en los bosques de la actual Utrillas.