jueves, 28 de marzo de 2024

Pueblos aragoneses ponen sus ojos en la llegada de familias emigrantes para no desaparecer

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Un grupo de niños juegan en las calles de la localidad turolense de Tornos.

El temor al cierre de las escuelas por la pérdida de alumnos, sumado al envejecimiento de la población que afecta a una gran parte de los municipios de Aragón, ha hecho que algunos alcaldes se movilicen para atraer familias que den vida a los pueblos.

El último caso ha sido el de Tornos (Teruel), cuyo Ayuntamiento se ha visto obligado a publicar un anuncio para buscar familias con niños que quieran asentarse en la población, dado que la escuela se quedaba este año con cuatro alumnos y suponía su cierre.

El problema es que la mujer que gestionaba la tienda multiservicios de Tornos, madre de dos niños en edad escolar, ha decidido regresar a Rumanía, de donde es originaria, el próximo mes de septiembre.

Desde que se hizo público el anuncio el Ayuntamiento ya ha recibido tres o cuatro solicitudes, una, incluso, desde Málaga, ha señalado a Efe el alcalde, Ricardo Rodrigo, quien está en contacto con la Federación Aragonesa de Municipios, Provincias y Comarcas (FAMPC) y la Fundación Cepaim, que también cuentan con alguna familia interesada.

La decisión de la nueva consejera de Educación de Aragón, Mayte Pérez, de no cerrar los centros escolares con cuatro alumnos ha permitido que el Ayuntamiento de Tornos pueda afrontar la selección con más serenidad.

No obstante, aunque tener escolares ya no es urgente sí lo es contar con alguien que gestione la tienda, ya que Tornos es una población con alrededor de 220 habitantes y el 80 % de ellos en invierno son jubilados y algunos no disponen de medios o capacidad para desplazarse a la localidad de Calamocha para comprar.

Para atraer familias el Ayuntamiento ofrece la gestión de la tienda sin tener que pagar alquiler por el local y un porcentaje mínimo de la luz, además de un contrato de tres meses o de seis a media jornada para trabajos de mantenimiento en el municipio como cortar la hierba o limpiar las calles.

Experiencias previas con inmigrantes de origen maño

Fue la propia Federación Aragonesa de Municipios la que se puso en contacto con el Ayuntamiento de Tornos para interesarse por el problema, ya que hasta la pasada legislatura contaban con un servicio que se encargaba de efectuar asentamientos de inmigrantes en poblaciones para hacer frente a la despoblación, como ha explicado el secretario general del organismo, Eduardo Gallart.

Un necesidad que, según Gallart, ha vuelto a repuntar a mitad de la legislatura pasada debido a la preocupación de los alcaldes por la despoblación y al cierre de colegios, algunos de los cuales se han comenzado a mover a título particular sacando anuncios y otros acudiendo directamente a la Federación.

Es esta vía la que recomienda el responsable de la FAMPC, ya que están en contacto con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales y Cáritas y Cruz Roja conocen la situación de las familias, su disposición a asentarse en otra ciudad y su deseo de empezar una nueva vida.

Es el caso del municipio de Villafeliche (Zaragoza), donde hace unos meses se instaló una nueva familia con tres niños que fue muy bien acogida por todo el pueblo, evitó el cierre del colegio y "se ha adaptado bien".

"El Ayuntamiento está contento porque un pueblo con niños es un pueblo con vida" y en caso contrario tiende a la desaparición, ha apuntado Gallart.

Esta es la segunda experiencia que afronta Villafeliche, la primera de ellas hace diez años cuando se asentó una familia argentina que ahora está perfectamente arraigada en el municipio.

Para Tornos, a la espera de la respuesta del alcalde, ya se ha seleccionado una familia con cuatro hijos de 14, 12, 9 y 4 años.

Vista la situación, desde la FAMPC reconocen que sería necesario retomar el funcionamiento del servicio de asentamiento, porque "gana todo el mundo", ya que los pueblos recuperan vida y se ayuda a familias que lo están pasando mal.