domingo, 05 de mayo de 2024

JORNADA MUNDIAL DE LA MIGRACIÓN

El obispo de Córdoba llama a "luchar contra la indiferencia"que rodea a la emigración

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El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha hecho un llamamiento en relación con la inmigración, señalando que, aunque se trata de "un problema que nos desborda", de un asunto "de tamaño gigante, no debemos permitir que se nos cuele en al alma la globalización de la indiferencia, es decir, no debemos permitir que, al ser un problema tan universal, nos deje indiferentes también a nosotros porque no podemos remediarlo del todo".

En su carta semanal, referida a la celebración este domingo de la 'Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado', Demetrio Fernández ha recordado que "Jesús fue un emigrante y un refugiado" que "tuvo que salir en brazos de María y de José de su tierra y de su casa y emigrar a Egipto porque era perseguido por Herodes", y ahora "es verdad que no tenemos en nuestras manos la solución a un problema que nos desborda", pues "el asunto de la emigración ha llegado a globalizarse, es asunto que escapa a nuestro control".

Ello se debe, según ha argumentado en su carta, a que "tiene raíces profundas en la injusticia con la que viven los países del Sur, que aspiran a entrar en los países del Norte, más desarrollados, y mientras no se ataje ese problema de injusticia mundial, no resolvemos casi nada", pues "no cumplimos solo con acoger de manera inmediata al que encontramos forastero en nuestro entorno".

El asunto, según ha afirmado, "es de tamaño gigante, pero no debemos permitir que se nos cuele en al alma la globalización de la indiferencia, es decir, no debemos permitir que al ser un problema tan universal, nos deje indiferentes también a nosotros porque no podemos remediarlo del todo. Algo podemos hacer, y es mucho lo que hacemos si nos damos cuenta de que los emigrantes son personas humanas, con toda su dignidad y sus derechos, y si además son católicos, son personas que debieran sentirse en su casa al llegar entre nosotros".

 En este sentido, el obispo ha recordado que "la Iglesia, que es madre, quiere serlo especialmente de sus hijos que sufren. Vemos en nuestro entorno numerosos ciudadanos procedentes de África, de América, de Asia que son católicos, como nosotros", y "todos merecen respeto, los católicos y los que no lo son, pero los católicos son de casa para otro católico. Hemos de abrir los ojos para acoger con amor cristiano a todos esos hermanos nuestros que llegan a este país de mayoría católica y no son acogidos del todo".

 De hecho, según ha indicado Demetrio Fernández, lo que se encuentran los inmigrantes es "trabajo menos pagado, esclavitud sexual, redes de mendicidad para enriquecer al patrón, tráfico de niños o explotación por parte de las mafias en el traslado. Hoy día el mayor negocio del mundo es el tráfico con personas, y el mundo de los emigrantes es el caldo de cultivo de este mercado" y "no podemos permanecer indiferentes, y algo podemos hacer cada uno".

 Por eso, respecto a la inmigración, el obispo ha concluido su carta diciendo que "regulen las autoridades civiles lo que tengan que regular, en el servicio al bien común, pero respetemos todos la dignidad humana de cada persona. España es país fronterizo en distintas direcciones, ¿sabremos estar a la altura de nuestra situación estratégica para fomentar el respeto a la dignidad de todos los que llegan a nuestras fronteras por tierra, mar y aire?".